No cabe duda que algo no funciona o no se está haciendo bien en nuestro sistema educativo cuando existen unas tasas tan altas de fracaso escolar y abandono. Esta circunstancia supone un terreno abonado para la proliferación de todo tipo de ideas innovadoras, recetas mágicas y opiniones al respecto.
Hoy quiero compartir con vosotros esta entrevista/charla que Albert Reverte y Jordi Galo, autores del blog "Efecto Magufin" hicieron a Marta Ferrero, autora del blog "Si tu supieras...", un espacio para hablar sobre prácticas educativas basadas o no en la evidencia.
Hoy quiero compartir con vosotros esta entrevista/charla que Albert Reverte y Jordi Galo, autores del blog "Efecto Magufin" hicieron a Marta Ferrero, autora del blog "Si tu supieras...", un espacio para hablar sobre prácticas educativas basadas o no en la evidencia.
Algunas frases que resumen mi opinión en relación al "cambio" educativo que está tan de moda y del que todos hablan, y respecto a las pedagogías innovadoras:
- Necesitamos una mayor sentido crítico y, al igual que en medicina, necesitamos una pedagogía basada en evidencias y no ideologizada.
- Necesitamos una estricta evaluación educativa de lo que hacemos en las aulas, para saber si las prácticas que en ella se desarrollan son eficaces y están funcionando, y por tanto se pueden hacer extensibles al resto.
- Considero el libro de texto una herramienta y no un enemigo. El mayor riesgo es que el libro nos controle a nosotros y no nosotros a él. Algunos dicen que las editoriales hacen negocio, y yo no digo ni si ni no, pero me pregunto ¿y las pedagogías novedosas y alternativas no mueven dinero?
- Necesitamos revisar los procedimientos y requisitos de acceso a la función docente.
- No todo el alumno que fracasa es porque tiene dificultades de aprendizaje, necesidades educativas o tiene problemas.
- No se trata de igualar, se trata de proporcionar los medios para que cada uno llegue, con sus capacidades, con sus circunstancias y con su esfuerzo, todo lo lejos que pueda, para lo que hace falta implicación y recursos.
- Lo siento, pero discrepo con aquellos que demonizan la memorización. Hay cosas que hemos aprendido así, y sin embargo, no las olvidamos porque las ponemos en práctica constantemente. Está genial, por ejemplo, enseñar al niño que multiplicar significa hacer grupos iguales y ponerle a hacer montoncitos iguales para que entienda el concepto, pero al final tiene que aprenderse las tablas de memoria para saber en su día a día que 5 por 8 son cuarenta. Parte del aprendizaje se basa en la repetición, habría que discutir el qué, el cómo, el cuándo y el para qué.
- No entiendo este afán por parte de algunos de evitar a los menores el enfrentarse al fracaso, y eliminar de su vida toda experiencia molesta.. El fracaso existe, y antes o después tendrán que enfrentarse a él. Todos nos equivocamos, y aunque a nadie le gusta equivocarse, de esas equivocaciones aprendimos algo. Se trata de enseñarles a gestionar ese fracaso y a tolerar la frustración. Eso también es parte de esa educación emocional de la que tanto se habla. Un de mis seguidores en Twitter escribió en una conversación: "Un amigo emprendedor nos dijo: la primera vez que me arruiné eché en falta que me enseñaran a fracasar en la escuela". A todos nos disgustan los problemas, pero una persona feliz no es aquella que no se equivoca y que consigue todo lo que quiere.
- Nadie con dos dedos de frente duda de que la motivación es importante para aprender y que estamos en mejor disposición de aprender aquello que nos interesa que lo que no nos interesa, pero no creo que todo tenga que encantar y ni que todo tenga que ser divertido. Por contra pienso que valores como el esfuerzo y la disciplina están en horas bajas. Que levante la mano el que tiene la suerte de poder hacer siempre solo lo que le interesa. Pues el que haya levantado la mano tiene mucha suerte, porque yo no puedo quedarme solo con lo que me gusta.
- Hacer un buen uso del refuerzo positivo. Si el alumno hace algo mal, habrá que decírselo. Para mi el refuerzo positivo no pasa por decir al alumno "¡muy bien! por el simple hecho de intentarlo y sin corrección alguna puesto que, en ese caso, estamos asumiendo que ni él ni nosotros podemos hacer nada más para que mejore. Hay que corregir al alumno, lógicamente, con tacto.
- Por supuesto que es sano e incuestionable que los niños tienen que ser felices, tienen que disfrutar de su infancia, tienen que jugar...., pero no creo que ni los exámenes ni los deberes lleguen a arruinar la vida de nadie. Vosotros hicisteis exámenes y deberes ¿arruinaron vuestras vidas? Los deberes no tendrían porque ser un problema si nos fijamos en lo que dice la investigación sobre el tema. Una cosa es quejarse de los deberes excesivos y otra querer eliminarlos por completo.
- No queremos exámenes pero siempre echamos la vista al sistema educativo finlandés como modelo ejemplarizante, modelo en el que hay notas, si, numéricas, y solo los que tienen las mejores notas numéricas pueden aspirar a la función docente. Entonces ¿con qué nos quedamos de Finlandia?
- Si los exámenes generan ansiedad y son una amenaza, ¿qué tal si rebajamos presiones y aprendemos a convivir con retos?
- Si estamos bien con nosotros mismos y si somos felices estamos en disposición de hacer más cosas y hacerlas bien. Nada que objetar, sin embargo, felicidad y conocimiento no son excluyentes, y este último también contribuye a la felicidad.
Algunos artículos de interés para la reflexión:
Muchas gracias por el artículo y tu mención. Es preciso hacernos escuchar y apostar por una Educación basada en pruebas que no se case con ninguna ideología, creencia o movimiento pedagógico, ya sea de corte más clásico o más innovador; como profesionales, y como sociedad, debemos apostar por lo que tiene eficacia para con nuestros niños y niñas y también denunciar el despiadado marketing de apuestas supuestamente pedagógicas que la ciencia ha demostrado (en algunos casos, desde hace décadas) que no son las más eficaces, e incluso nocivas, para el aprendizaje.
ResponderEliminarMe uno a las palabras de agradecimiento de Efecto McGuffin. Sin duda, queda mucho camino por recorrer hasta que las prácticas educativas que bien se aconsejan o bien se emplean en los centros escolares, gabinetes, fundaciones, etc. estén fundadas en pruebas. Este post está lleno de reflexiones muy valiosas sobre qué hacer para lograrlo.
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