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viernes, 1 de mayo de 2015

DIFICULTADES DE APRENDIZAJE EN EDUCACIÓN INFANTIL, ¿INTERVENIR O ESPERAR?

Llevo tres años formando parte de diversos equipos multiprofesionales que brindan un servicio de apoyo psicopedagógico, fuera del horario lectivo, a alumnos de diferentes colegios de varios distritos de Madrid. Estos equipos suelen estar formados por psicólogos, psicopedagogos (una servidora entre ellos), maestras de Educación Especial y maestra de Audición y Lenguaje (una servidora).

Cuando hacemos reuniones de equipo, surge con bastante frecuencia un debate, para mí, incomprensible. Cuando los tutores/as de Educación Infantil nos hacen llegar la solicitud para que alguno de sus alumnos pueda ser atendido por nuestro equipo, algunos miembros, y no pocos, se cuestionan hasta qué punto debemos atender a alumnos de Educación Infantil. Se plantean si "realmente la demanda de los tutores se ajusta a una problemática real que haya que abordar o se trata más bien, de una cuestión de "exigencia" por parte de los tutores en querer que todos los niños adquieran las habilidades, competencias y destrezas curriculares para su etapa correspondiente, olvidando que no todos los niños maduran a la vez, sin que ello sea sinónimo de problema". Algunos consideran incluso, que "es normal que en infantil haya dificultades y desfases", y que por ello, hay que esperar, "que es que son muy chiquititos...". Otros comentan que ante dos niños con dificultades, uno de infantil y uno de primaria, se debe priorizar a atender al de primaria porque el desfase es mayor y las exigencias a las que tiene que enfrentarse, hace que sea más urgente intervenir. 

El fracaso escolar preocupa tanto a padres como a educadores y es algo que afecta a toda la sociedad dado el elevado porcentaje de estudiantes que lo sufren. 
Cuando hablamos de fracaso escolar casi siempre lo relacionamos con alumnos que ya están en Educación Secundaria Obligatoria, ya que, a pesar de que sus raíces comienzan a crecer tiempo atrás, es en esta etapa cuando, los problemas escolares de los alumnos se hacen más evidentes, dado que los requisitos y el nivel de exigencia es cada vez mayor, al igual que el esfuerzo que hay que emplear para responder a los mismos aumenta considerablemente, y más aún, cuando se trata de chavales que vienen arrastrando dificultades, a lo que además hay que sumarle los problemas que procedan de su entorno y el momento evolutivo en que se encuentran, esa etapa compleja llamada adolescencia. Pero muy pocas veces se hace referencia a los alumnos de Educación Infantil cuando hablamos de fracaso escolar. En muchas ocasiones se asume por parte de la sociedad que en esta etapa “no existe” el fracaso escolar, pero ni que decir tiene que, aunque los objetivos mínimos que plantea el currículo, a priori, pueden parecer fácilmente superables y alcanzables por cualquier niño, no siempre ocurre así. Resulta curioso que, el número de niños que en Educación Infantil no alcanzan los objetivos, o lo hacen con dificultad, se asemeja bastante al tanto por ciento del fracaso escolar que reflejan las estadísticas. 

Muchos educadores que trabajan con alumnos de estas edades iniciales observan que una parte de ellos no sigue el ritmo de los demás y es cuando deciden consultar con los especialistas, si tienen acceso a alguno de ellos. Pero, es en este punto donde aparece el dilema. ¿Qué hacemos?, ¿actuamos?, ¿esperamos a ver qué pasa, a ver si "madura"?. Es una cuestión que, de forma sorprendente, genera controversia y más ahora que se anhelan modelos educativos como, por ejemplo, el finlandés en el que, entre otras cosas, se apuesta por enseñar a leer a los 7 años o a teclear antes de escribir. Algunos especialistas y educadores cuestionan si es realmente necesario que los niños terminen Educación Infantil sabiendo leer, o supone un problema el que un niño de 5 años no sepa leer. 

No cabe duda que cada niño tiene su propio ritmo de aprendizaje y unos aprenderán antes que otros, y que se debería apostar por sistemas educativos flexibles, pero tampoco la cuestión que nos ocupa ahora es si los niños tienen que saber leer o hacer operaciones sencillas al finalizar la Educación Infantil. La cuestión es, si cuando observamos que un niño no alcanza los objetivos de la etapa en la que esté escolarizado debemos preocuparnos o no. Pienso que, objetivos curriculares son una cosa, y los hitos evolutivos del desarrollo son otra. Es verdad que los segundos van a condicionar los primeros, y es verdad que podemos sentarnos a debatir el diseño currícular para cada etapa. Pero, cuando un/a tutor/a de Educación Infantil, consulta con los especialistas porque algo le dice que algo no anda bien, debemos escuchar la demanda y, ser los especialistas, con nuestros conocimientos y con nuestras herramientas, los que debemos valorar si la demanda del tutor/a es objeto de preocupación o no. En mi opinión debemos ser responsables y no dar por hecho, así de entrada, que a lo mejor el problema del niño no es un problema como tal, haciendo caso omiso a la solicitud inicial. Dado que, puede ser cuestionable si un niño debe saber leer antes de los 6 años, pero lo que no es en absoluto cuestionable es que se deban dejar de atender habilidades y requisitos previos a la lectura o al cálculo (tales como la motricidad, las habilidades metafonológicas, las habilidades perceptivas auditivas y visuales, la atención, la memoria, el vocabulario, los conceptos, las nociones espacio-temporales, comprensión y seguimiento de instrucciones.....), que quizá, sean el origen del problema, y que sí se pueden y se deben estimular y abordar si están deficitarias, lo que asegurará un mejor pronóstico cuando los niños tengan que enfrentarse a otros procesos de aprendizaje y cognitivos de mayor exigencia. Podemos poner encima de la mesa el debate de cuándo es más adecuado enseñar a leer a un niño, pero no podemos dudar, por ejemplo, que si un niño con 3 años aún no habla o no se entiende nada de su discurso, puede que algo no esté yendo del todo bien....independientemente de que sólo lleve unos meses o un año escolarizado, porque un niño con 3 años tiene que tener un discurso inteligible (aunque haya algunas dislalias evolutivas), tiene que comprender órdenes sencillas o tiene que emitir frases de 3 o más elementos....le lleven o no al cole. Lo normal es que los niños de 3 años se incorporen al colegio "sabiendo" hablar, aunque tengan que "pulir" ese habla y ese lenguaje. En este caso no estamos hablando de currículum escolar, hablamos de hitos evolutivos. Si de cuestión de madurez se trata, si un niño no ha "madurado", ¿no será lógico ver por qué aún no lo ha hecho?. ¿y qué tal si le damos "un empujoncito" en ese proceso?. Por último, muchos niños que son diagnosticados posteriormente de Dislexia o TDAH, en infantil, ya apuntaban maneras. Quizá, y digo quizá, sería prematuro "etiquetar" en infantil, pero no hace falta un diagnostico para comenzar a intervenir y ayudar a un niño cuando las dificultades son de sobra evidentes, se llame como se llame lo que tenga. No se trata de patologizar, ni mucho menos, se trata de prevenir y estimular.  
Puede que tengan parte de razón aquellos que dicen que ante varios niños con dificultades  se debe otorgar preferencia a los de primaria, pero, por un lado, eso va a depender del caso en concreto, y no tanto de la etapa en la que esté el niño y, por otro lado, no me negará nadie que, si un niño en primaria tiene graves problemas de aprendizaje, es altamente probable que ya los tuviera en infantil, y quizá, si se hubiera comenzado a trabajar con él en aquel momento, tal vez, y digo tal vez, no estaría en primaria como está.  

Esperar en estas edades supone, en algunos casos, perder el momento adecuado para actuar y, por tanto, a la larga, una mayor dificultad y peor pronóstico en el abordaje de tales problemas. Las primeras edades constituyen un periodo vital que se caracteriza por un potente y cambiante ritmo evolutivo, donde la plasticidad y flexibilidad de las estructuras fisiológicas y psicológicas del niño adquieren y poseen un máximo exponente decisivo para su desarrollo posterior. Además, en el caso del lenguaje, éste se desarrolla en los seis primeros años de vida y si existe sospecha de dificultades, es urgente una evaluación para asegurarnos que todo está en orden y, en caso de trastorno, hay que intervenir en ese tiempo, ya que es el periodo crítico para alcanzarlo (aunque esto último no implica que más adelante no se pueda hacer nada)



Otros enlaces relacionados con el tema:



¿Y tú?, ante dificultades de aprendizaje en infantil, ¿prefieres esperar o intervenir?

4 comentarios:

  1. Muy buen artículo. Estoy de acuerdo con la estimulación temprana, si esto se puede considerar como una forma de intervención, tenga la dificultad que tenga. Intervenir si apunta a un posible trastorno puede aminorarlo, además en EI la intervención es más normalizada, integradora y lúdica que en las etapas posteriores. En mi corta experiencia en EI pocas veces se han equivocado los profesores que hacían una solicitud de valoración.

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  2. Interesante artículo y reflexión. Muchas gracias.

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  3. Totalmente de acuerdo. Muy acertado y coherente.

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  4. Estoy de acuerdo. Mi hijo tiene cuatro años y medio y pronuncia mal la r y la d y tiene un poco de dificultad en el aprendizaje y le falta estimulación, desde que empezó parvulario en p3 ha cambiado mucho y nos ha sorprendido a todos. Y pienso que cada niño tiene su ritmo y sus circunstancias.

    Me dijo su maestra que piensa que es debido a su inmadurez y yo me dije y eso cómo se soluciona?? Vamos es algo que no sé si se puede hacer algo en concreto para hacerle madurar... Porque madurar es dificil y hay quienes ni con treinta años son maduros aún jejeje

    La solución diría que es estimular....

    Aunque yo deje mis estudios y sufri el famoso fracaso escolar y mi hermana también. A mi me meteieron en la cabeza que era por no tener ganas de estudiar y es verdad no sé por qué no las tenía, y además me comportaba mal en clase y eso. Pero ahora tantos años más tarde, leyendo sobre el tdah he visto que quizás yo lo tenía porque me costaba mucho enterarme y al final por no llegar me portaba mal y pasaba de los estudios.

    Y pensé en que alomejor mi hijo lo heredó porque según leí se hereda...



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